ESTA VIDA NO ES TODA NUESTRA VIDA
Aquí el ángel le hablaba a Daniel y a su pueblo, pero igualmente hoy aplica también a nosotros.
Recordemos que nuestra vida en este cuerpo es corta. Aunque logremos vivir ciento veinte años, esta vida es solamente la preparación para la vida eterna.
Un día todos los seres humanos que ya hayamos muerto seremos resucitados, todos sin excepción.
Pero algunos serán resucitados para vivir en condenación eterna y otros para vivir en el gozo y la paz de Dios para siempre. Unos pasarán la vida eterna llena de sufrimiento y confusión, mientras que otros disfrutarán para siempre con Dios. (1 Tes. 4:13-18).
La verdadera pregunta no es si vamos a vivir de nuevo, sino ¿En dónde viviremos cuando resucitemos? ¿En el infierno o en el cielo?
Esta vida es solamente una prueba para la verdadera y larga vida. Por eso, debemos vivir conscientes de la forma en que lo hacemos.
Nuestros pensamientos y acciones tienen consecuencias y determinan en dónde pasaremos la eternidad.
Gracias a Dios que no es muy difícil determinar en donde viviré después de la resurrección. Dios ha provisto un camino para estar con Él a pesar de todas las imperfecciones que tenemos el día de hoy. Ese camino se llama Jesucristo. Quien rechazó a Jesucristo en esta vida resucitará para confusión y sufrimiento, pero quien lo aceptó en su corazón mientras vivía en este mundo, resucitará para vivir para siempre con Él.
Esta vida no es todo en la vida. Es sólo donde nos preparamos para determinar dónde queremos vivir por la eternidad.
Piénsalo:
¿Tú, ya sabes de cuál de estos dos grupos serás cuando resucites, de los que resucitarán para confusión en el infierno o de los que vivirán en paz con Dios?
¿Has aceptado en tu corazón a Jesucristo o rechazado? ¿Estás consciente de que como vives tu vida y que las decisiones que tomas determinarán donde pasarás la eternidad?