SIGUE SEMBRANDO Y SIGUE SIENDO BUEN TERRENO
A veces no vemos los resultados deseados de nuestro trabajo o de nuestra ayuda, ya sea en el ministerio, trabajo secular, familia, etc. Y no nos dan ganas de seguir haciendo cosas buenas. Al ver tanta maldad se nos quitan las ganas y nos preguntamos ¿valdrá la pena? ¿Ayuda en algo sacrificar mi tiempo, dinero y fuerzas? ¿Sirve de algo mi desvelo e inversión de tiempo en otras personas? ¿Alguien nota lo que hago?
El hecho de que algunas personas te fallen no tiene que cambiar tu corazón. No permitas que las decepciones cambien tu corazón y no permitas que se dañe tu terreno, sigue siendo buena tierra y sigue sembrando también.
El diablo quiere destruir nuestro destino en Cristo usando engaños y decepciones para que nos desviemos y dejemos de hacer el bien.
Pero, cuando alguien te falle tienes 2 opciones: Permitir que eso te cambie tu corazón y te hagas áspero, o no dejar que te afecte, ni cambie tu corazón.
Pero no cambies tu corazón. El error de una persona no representa a toda la iglesia. No te hagas espinoso. El diablo te dice: “Ya no siembres, no diezmes, no sirvas, cierra tu CDP. El diablo quiere borrarte tu destino y propósito.
Sigue sembrando la Palabra de Dios, sigue sembrando perdón, sigue sembrando finanzas, sigue sembrando en buenas personas y no permitas que el diablo te haga pedregoso.
No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos. Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe. (Gálatas 6:9-10 NTV)
Piénsalo:
¿Qué tipo de terreno eres tú?
¿Qué tipo de terreno son las personas en las que hemos sembrado? ¿Han dado fruto?
¿Tus padres o hijos pueden ver el fruto en tu vida?
