CUMPLE TU MINISTERIO
Es fácil que los problemas o las frustraciones nos desvíen del propósito para el cual nacimos.
Pero yo decido seguir adelante a pesar de todo, y cumplir mi ministerio.
Es fácil ser tentados a dejar el matrimonio a la mitad, a abandonar la carrera universitaria a la mitad, a dejar el maratón cuando los músculos duelen y el aire falta, a irse de la Iglesia cuando alguien nos decepciona, etc. Pero yo decido cumplir lo que me propongo.
Este versículo me da varias instrucciones de lo que necesito hacer para terminar todo lo que necesito hacer.
1. Debo mantener la claridad en mi mente. No debo permitir la confusión, no debo permitir que se opaque la visión en mí. Debo seguir soñando con un hogar feliz, un cuerpo sano, una iglesia grande, etc.
2. No debo temer al sufrimiento por el Señor. El miedo paraliza, el miedo hace que se pierdan oportunidades, el miedo confunde la mente y hace que vea moros con tranchete, fantasmas falsos. El temor anula la fe. El temor me hace dejar las cosas a la mitad, el miedo me roba la felicidad y me hace vivir miserable.
3. Debo mantener el enfoque y ocuparme en enseñar lo que he aprendido de Dios.
4. No debo quedarme a la mitad. Diga No a “renuncio”.
5. Debo completar mi asignación.
Piénsalo:
¿Qué has dejado a habías estado tentado dejar a la mitad?
¿Qué asignación Dios te ha dado en tu familia, ministerio, profesión, etc.?
¿Qué cosas necesitas sentarte a clarificar una vez más para poder terminar con éxito?