NO HUYAMOS DE LA ASIGNACIÓN DE DIOS
Cuando Jonás recibió la orden de Dios de ir a predicarle a este pueblo llamado Nínive, él se fue en otra dirección, se subió en un bote, en un barco y huyó en otra dirección.
Bueno, su barco posiblemente era muy diferente a los yates que tengo detrás de mí, ¿No? Era mucho más viejo, no tenían toda esta tecnología, etc., era un poco diferente, pero al ver estos yates de aquí el día de hoy, yo pienso que si él hubiera vivido en esta época, a lo mejor hubiera sido uno de estos.
Me hace pensar un poquito en vacaciones, en diversión, en distracciones, en descanso, lo cual no está mal, todo tiene su tiempo, hay tiempo de trabajar y hay tiempo de descansar, hay tiempo de laborar y hay tiempo de relajarse, pero el problema es que a veces, nos enfocamos precisamente en todas estas bendiciones y olvidamos el propósito para el cual nosotros nacimos:
Amar a Dios
Amar al prójimo
Es decir, en palabras más fáciles: hablarles a otros del amor de Dios.
¿Nos hemos enfocado demasiado en las bendiciones y nos hemos olvidado de quien nos bendijo?
No lo sé, ¿Cómo estamos esta semana?
Algo para meditar:
Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas les serán añadidas. (Mateo 6:33)
No corramos de la asignación de dios y disfrutemos lo que Dios nos da.