NO TE QUEDES DORMIDO
Los que se quedan dormidos cuando deben estar despiertos corren el peligro de perder la cabeza.
En este pasaje hay dos personas que se quedaron dormidas: Un hombre llamado Is-Boset y la mujer que cuidaba la puerta y era la que decidía a quién dejar entrar y a quién no.
La crisis ha “adormecido” a muchos. A los porteros y a los que están dentro del cuarto, a hombres, mujeres, a estudiantes y a empresarios.
Muchos se han desanimado, deprimido, han perdido el filo, se la pasan comiendo pizza enfrente de la tv gran parte del día.
Pero otros están “despiertos” y alertas.
Estos segundos están liderando su propia vida y ayudando a otros a navegar las aguas a través de esta crisis.
Los “dormidos” sólo ven crisis. Los despiertos vemos oportunidades.
Los despiertos aprovechamos la oportunidad, leemos nuevos libros, hacemos ejercicio, controlamos el uso de nuestro tiempo, mantenemos rutinas saludables, seguimos levantándonos temprano para orar, aprendemos un idioma o un instrumento, y escribimos lo que Dios nos habla cada día.
Señor no quiero ser de los que se quedan dormidos cuando deben estar despiertos.
No quiero confiar en las “porteras” que se pueden quedar dormidas.
Yo soy responsable de cuidar mis hábitos y mantenerme alerta. No culpo a nadie de mi conducta o mi destino.
Piénsalo:
¿Eres de los adormecidos o de lo que están despiertos y alertas?
¿De qué manera estás aprovechando tu tiempo?
¿Estás siendo responsable de cuidar tus hábitos y los de tus hijos?
