¿YA CAMBIÓ MI CORAZÓN DE PIEDRA?
Estamos teniendo una oportunidad de examinar nuestro corazón.
La mayoría de nosotros nos habíamos envuelto en el trajín del materialismo, en el correr de la vida y en la persecución de los sueños. La consecuencia es que nuestro corazón había perdido la sensibilidad.
Muchas veces nos habíamos vuelto insensibles a la presencia de Dios y a las necesidades de otra gente.
Aprovechemos estos meses para reflexionar en lo que verdaderamente tiene valor, en lo que son las verdaderas riquezas; entre las cuales está Dios, la familia, y las personas.
Éstas son las cosas eternas y las verdaderas riquezas.
Aprovechemos este tiempo para que Dios nos quite el corazón de piedra y nos dé un corazón de carne, sensible y receptivo.
Piénsalo:
¿Has examinado tu corazón?
¿Habías perdido la sensibilidad hacia Dios y hacia las personas?
¿Qué es lo que verdaderamente tiene valor para ti?
¿Ya cambió tu corazón de piedra por uno tierno?