¿QUÉ HABRÍA OCURRIDO?
Mientras leo este pasaje me puse a pensar cuántas cosas han sucedido a lo largo de mi vida y cómo Dios ha estado de mi lado.
1. Dios estuvo a mi lado cuando era niño.
Agradezco porque, aunque mis padres se separaron cuando yo era un niño, Dios me guardó para que no me convirtiera en un delincuente como le sucede a muchos niños y jóvenes en los hogares disfuncionales.
2. ¿Qué hubiera ocurrido en mi juventud?
Reflexiono y reconozco que mi vida hubiera sido muy diferente si Dios no hubiera intervenido en mi juventud cuando casi seguía los pasos de amistades que se dedicaban a hacer cosas no muy honestas.
3. En mi vida adulta.
Mi vida adulta no habría sido tan fructífera y llena de propósito si Dios no hubiera estado a mi lado.
Mi vida familiar no sería tan bendecida si Dios no hubiera estado a mi lado.
El hermoso ministerio en el que Dios nos ha permitido servir no existiría si Él no hubiera estado de mi lado.
No me imagino en este mundo sin Dios en el centro de mi vida.
Lo que soy, es porque Dios ha estado de mi lado; lo que tengo, es porque Dios ha estado de mi lado; donde estoy, es porque Dios ha estado de mi lado; a donde voy, es porque Dios está de mi lado. ¡¡Muchas gracias Señor!!
Piénsalo:
¿Qué habría ocurrido en tu niñez si Dios no hubiera estado de tu lado?
¿Qué habría ocurrido en tu juventud si Dios no hubiera estado de tu lado?
¿Cómo fuera tu vida ahora si Dios no estuviera contigo?