NO IMPORTA TU EDAD
¿Te imaginas a una señora de noventa años con su esposo de cien años teniendo un bebé?
Nunca es demasiado tarde para vivir con propósito en este mundo. Lo importante es alinearte a lo que Dios ha dicho en su Palabra.
La Biblia dice:
La gente a veces se “acomoda” después de cierta edad, dejan de aprender, ya no se esfuerzan por desarrollar nuevos hábitos, o aprender otro idioma, o procurar abrir su propia empresa, ni para trabajar por el éxito en la familia. Simplemente se olvidan de los sueños que un día Dios había puesto en su corazón.
¿De qué te estabas olvidando? ¿Qué necesitas volver a retomar? Recuerda, no excusas.
Moisés tenía ochenta años cuando Dios lo envió como líder para guiar a más de dos millones de personas en una travesía por el desierto. Abraham tenía cien años cuando le nació el hijo que formaría la nación de Israel. Si tú tienes 30, 50, o 70 años, entonces todavía calificas para grandes obras que Dios quiere encargarte, pero debes dejar las excusas.
Piénsalo:
¿Has permitido que tu edad te haga sentir inhabilitado o desanimado porque aún no ves las promesas de Dios en tu vida? ¿Cuáles son esas promesas y que pasos debes tomar para acelerar su cumplimiento?
¿De cuáles paradigmas necesitas deshacerte para poder ver lo que Dios ve en ti?