QUE NO SE NOS SUBA EL INCIENSO
No se nos deben de “subir” el ego y el orgullo. Hay cierto “incienso” que no es para nosotros, sino solo para Dios.
1.- Lo que logremos en esta vida es gracias a Dios.
Una buena familia es una bendición de Dios.
Lo que tenemos en este mundo es gracias a Dios.
La influencia y los éxitos que podamos lograr lo debemos todo a Dios.
La unción que cargamos es de Dios, no es propia.
El ministerio que Dios nos ha confiado dirigir es un privilegio y pertenece a Dios.
2.- Varios tipos de incienso.
El incienso era un producto que se usaba para adorar a Dios, pero había un tipo de incienso común en las casas para uso personal, y otro exclusivo solo para Dios.
Hay reconocimientos, diplomas, y premios que podemos recibir y debemos disfrutarlos; pero, debemos de cuidarnos de nunca tomar la gloria que solo le pertenece a Dios. Debemos cuidarnos de “el incienso tóxico” que pueden producir la fama, el poder, el amor al dinero, los logros, etc.
3.- Mi vida gira al derredor de Dios.
Debemos dar el crédito a Él, reconocer que Él es la fuente de todo lo que tenemos, de todo lo que sabemos, de donde estamos y a donde vamos.
Piénsalo:
¿Qué logros has tenido en tu vida?
¿De qué manera crees que Dios te ayudo a lograrlos?
¿Le has dado la gloria a Dios por todo, o el incienso que has dado es para ti solamente?