SI DIOS ESTÁ CONTIGO NO IMPORTA LA ENVIDIA
He visto los efectos devastadores de la envidia en nuestra sociedad.
La social media y la televisión nos muestran como los políticos rivales se hacen pedazos unos a otros porque envidian una posición de poder.
Los artistas y celebridades compiten entre sí para tener el mayor número de seguidores en Instagram, Ticktok, o Facebook.
Las iglesias y los equipos de deporte a veces tienen conflictos entre ellas porque envidian lo que otros grupos tienen, edificios, popularidad, unción, milagros, estilos de hacer las cosas, etc.
La gente a veces critica lo que no puede tener, lo que no pueden producir; entonces lo critican. Si no pueden producir milagros, entonces se dedicarán a criticar a quienes se mueven en milagros. Tratan de destruir la teología que no entienden. Se dedican a criticar lo que no pueden producir.
¿Será posible que exista, inconscientemente, en nuestro interior una codicia por lo que otros tienen?
Lo importante es: ¡Que Dios esté contigo!
A José le tuvieron envidia hasta sus propios hermanos, pero Dios estaba con él.
Piénsalo:
¿Has tenido problemas con alguien a causa de la envidia?
¿Honestamente crees que haya algo de envidia en ti por lo que otros tienen?
¿Tienes lo más importante en tu vida, a Dios?