PUEDO PRODUCIR RETOÑOS, FLORES Y FRUTO
1.- Cuando tenemos el respaldo de Dios, entonces los sueños retoñan.
Aquellos sueños que estaban secos reverdecen una vez más. Recuperamos la visión, volvemos a soñar con hacer cosas grandes para Dios, una vez más nos enfocamos en vivir cumpliendo un propósito, nos emocionamos una vez más porque la vida tiene sentido y propósito.
2.- Cuando tenemos la presencia de Dios, entonces somos fructíferos en lo que hacemos.
Producimos nuevas ramitas, producimos flores, y producimos almendras.
3.- En la presencia de Dios tenemos fuerzas nuevas.
Pareciera que nos rejuvenecemos y nuestros años se hacen más productivos, nuestros esfuerzos producen más y mejores resultados, nuestro círculo de influencia es extendido de forma sobrenatural, puertas se abren y nuevas oportunidades se presentan.
Las personas desean ser mentoreadas por ti, porque ven que eres una vara reverdecida, con flores, que está multiplicando retoños y que está produciendo almendras.
Piénsalo:
¿Cuáles sueños han vuelto a retoñar en tu vida?
¿Qué puertas se te han abierto por contar con la presencia de Dios en tu vida?
¿Qué produce en ti el cumplir con el propósito de Dios?
¿Has podido ver el fruto en todo lo que haces?