NADA SE CONSIDERA APRENDIDO
HASTA QUE ES PRACTICADO
“Me oye estas palabras y las hace”.
Aquí podemos ver que el hombre sabio no es aquel que solo oye las palabras, sino el que hace lo que escucha.
No es suficiente leer muchos libros o escuchar sermones todos los domingos en la iglesia. Esto no significa que estamos aprendiendo, eso solo dice que le estamos poniendo información al cerebro.
El conocimiento en el cerebro sin acciones es solamente información. Pero cuando el aprendizaje baja de la cabeza al corazón, entonces se convierte en acción.
El corazón se transforma, nuestras acciones cambian, nuestro matrimonio se enriquece, somos mejores esposos, mejores padres, mejores trabajadores, etc.
De esa manera nuestra fe será más fuerte y podremos superar las tormentas de la vida.
Piénsalo:
¿Tienes solo informacion en el cerebro o lo aprendido lo has bajado a tu corazón y lo has puesto en acción?
¿Qué necesitas poner en práctica?
¿En qué áreas has mejorado por lo que has aprendido?
¿Lo que has aprendido de qué manera te ha ayudado en tu fe para superar las crisis?