Dos veces se le apareció y ni así obedeció

DOS VECES SE LE APARECIÓ Y NI ASÍ OBEDECIÓ

El SEÑOR estaba muy enojado con Salomón, porque su corazón se había apartado del SEÑOR, Dios de Israel, quien se le había aparecido dos veces. (1 Reyes 11:9 NTV)

¡Increíble! Mientras leo este pasaje, veo que Dios se le apareció dos veces a Salomón ¡y ni así obedeció!
A veces decimos: “Si tan solo Dios se me apareciera personalmente haría tal y tal cosa, en verdad tendría temor de Dios, dejaría ese vicio, cambiaría mi forma de ser”, etc.
Pero no estoy tan seguro de que eso pase, porque aquí en este pasaje veo un hombre como el rey Salomón que aunque Dios se le apareció dos veces, aun así, se desvió su corazón.

El SEÑOR estaba muy enojado con Salomón, porque su corazón se había apartado del SEÑOR, Dios de Israel, quien se le había aparecido dos veces. Le había advertido a Salomón específicamente que no rindiera culto a otros dioses, pero Salomón no hizo caso al mandato del SEÑOR. (1 Reyes 11:9-10 NTV)

¿Las consecuencias? Lo perdió todo en su próxima generación. Sus hijos perdieron el trono.

En consecuencia, el SEÑOR le dijo: «Ya que no has cumplido mi pacto y has desobedecido mis decretos, ciertamente te arrancaré el trono y se lo daré a uno de tus siervos; (1 Reyes 11:11 NTV)

Señor, ayúdame para saber moverme por convicciones, aunque no te me aparezcas dos veces como a Salomón yo voy a caminar por fe, me esforzaré por cumplir tus direcciones y propósito para mi vida. Amén.

Piénsalo:
¿Te ha hablado Dios a través de Su Palabra?
¿Has obedecido o ignorado sus instrucciones?
¿Qué tienes que hacer para dejar un legado de bendición?