CAVAR, SACAR Y LLENAR
Parte 2
Ayer hablamos de que el altar representa nuestro corazón, y este versículo al hablar de reconstruir es porque este estaba destruido o dañado. Así es que, en primer lugar reconstruyó el altar, y en segundo lugar:
2. Cavó una zanja al derredor del altar. Me imagino que yo necesito cavar en mi corazón y en mis emociones para descubrir si hay algo que está dañado.
Pero también me viene a la mente la imagen de que al cavar se hace espacio para algo.
En este caso se escarbó para hacer espacio para poner agua.
En el caso del altar de nuestro corazón, hay que escarbar para hacer dos cosas:
-Primero, sacar lo que no sirve y que solo está ocupando lugar sin ningún beneficio.
-Segundo, meter en ese lugar algo que sea bueno.
Las aguas, para mí, representan las aguas del Espíritu Santo.
¡Yo quiero hacer espacio en el altar de mi corazón para que el Espíritu Santo derrame su unción sin límites, para que corra y se mueva como lo hacía en el altar de este pasaje!
Pero, para eso necesito escarbar, sacar lo malo y meter para que sea lleno, al Espíritu Santo.
Piénsalo:
¿Necesitas cavar en tu corazón o ya sabes qué es lo que está dañado?
¿Qué necesitas sacar de tu corazón que impide la entrada del Espíritu Santo?
¿Quieres que el Espíritu fluya en tu vida como esas aguas?