No estás obligado a fracasar

NO ESTÁS OBLIGADO A FRACASAR

Sucedió que había cuatro hombres con lepra sentados en la entrada de las puertas de la ciudad. «¿De qué nos sirve sentarnos aquí a esperar la muerte? —se preguntaban unos a otros—. Si nos quedamos aquí, moriremos…(2 Reyes 7:3-4 NTV)

Estos cuatro hombres se encontraban en medio de una crisis, estaban enfermos de lepra, sin dinero, sin casa, y sin comida. Posiblemente ya habían visto a personas con problemas similares simplemente abandonarse a los vicios o a la depresión y descuidar su vida hasta morir. Me imagino que se sentaron a conversar y se hicieron entre ellos está pregunta clave: “¿Qué haremos? ¿Reaccionáremos igual que muchas personas negativas resignadas a su desgracia?” La respuesta fue ¡No! Ellos dijeron: “No nos podemos quedar aquí resignados a morir. Tenemos que hacer algo sacando fuerzas de la debilidad”.

1.Tú no tienes que resignarte a fracasar como el resto de las personas. ¿Has escuchado comentarios parecidos a estos? “Oh, de enfermedad murió mi tío; de esa cama no te vas a levantar; tu matrimonio se va a destruir como le pasó al mío; nacimos con mala estrella, resígnate; árbol que crece torcido ya no se endereza; etc.
Recuerda, tú no estás obligado a fracasar como el resto de las personas fatídicas, trágicas, negativas y faltas de fe.

2. Tú no estás obligado a paralizarte como mucha gente.Muchos individuos son paralizados por el temor y otros simplemente se resignan a fracasar, y deciden ya no hacer nada por recuperar los sueños que un día tuvieron. Dejan de pelear por lo que aman y se resignan a vivir en el fracaso.

3. Tú puedes marcar la diferencia y a hacer cosas que otros tuvieron miedo hacer.No importa la situación que estés pasando, te aseguro que hay personas que ya pasaron por donde mismo, pero tuvieron reacciones diferentes: Algunos se resignaron a morir, pero encontrarás otros que se rehusaron a fracasar, que lucharon por sus sueños, buscaron nuevas alternativas, corrieron a Dios y no de Dios, y tuvieron fe para recibir su milagro. Imita a los que se atreven a correr riesgos de cruzar al otro lado, y que aprovechan las oportunidades.No te quedes sentado en la lástima propia. No vivas lamentándote por lo que te ha pasado. ¡Levántate, atrévete a intentar de nuevo ese negocio, ese ministerio, esa carrera universitaria, etc.!

Piénsalo:

¿Qué situación necesitas atreverte a enfrentar?
¿Qué riesgo calculado necesitas tomar?
¿Qué oportunidad tienes ante ti hoy que debieras aprovechar antes de que se te pase?