Que no se desperdicie el fruto de mi trabajo

QUE NO SE DESPERDICIE EL FRUTO DE MI TRABAJO

Señor, dame sabiduría para poder ver que mi trabajo continúa a través de mi legado. No permitas que se acabe cuando se acaben mis días en este cuerpo temporal.
Que el mensaje de salvación en Cristo que he predicado continúe en mis generaciones futuras.

Los babilonios hicieron pedazos las columnas de bronce que estaban al frente del templo del Señor, las carretas de bronce para llevar agua y el enorme tazón de bronce llamado el Mar, y se llevaron todo el bronce a Babilonia. (2 Reyes 25:13 NTV)

Estas son las cosas que Salomón había hecho durante su reinado en el templo que le construyó al Señor. Pero, después de que él murió, un rey enemigo vino y destruyó lo que él había hecho y robó las riquezas del templo.

Debemos preparar a nuestras siguientes generaciones para que conserven lo que nosotros hemos logrado y que lo lleven a un nivel superior.

Enséñales a tus hijos lo que has aprendido en tu vida espiritual.
Enséñales los valores que sabes que bendecirán a tus descendientes por muchos años.
Enséñales a administrar bien el dinero.
Enséñales a evitar la trampa de las deudas y las tarjetas de crédito.
Muéstrales el valor del servicio y de añadir valor a otras personas.
Incúlcales el valor de la regla de oro, de respetar y tratar a otros como ellos desean ser respetados y tratados.
Enséñales la Ley de la siembra y la cosecha. Etc.

No permitas que se pierda tu legado.

Piénsalo:

¿De qué manera estás preparando a tus futuras generaciones para que continúen lo que tú empezaste?
¿Qué valores les has enseñado a tus hijos?
¿Qué principios bíblicos le has enseñado a tus hijos para que los pongan en práctica?