NADIE SINTIÓ PENA
Nadie sintió pena cuando murió. Lo enterraron en la Ciudad de David, pero no en el cementerio de los reyes. (2 Crónicas 21:20… NTV)
- Nadie sintió pena cuando murió.
¡Qué triste es morir y que a nadie le importe tu fallecimiento! Pero, igualmente es trágico estar viviendo sin propósito en este mundo, a la deriva y sin ser de bendición para nadie.
-Hay personas que cuando mueren solo se les recuerda, pero a otros se les extraña mucho porque las cosas no son iguales sin ellos.
-Hay individuos malos que cuando mueren entonces la gente se alegra, pero hay otros que cuando fallecen el pueblo llora, porque la ciudad o la iglesia ha perdido un héroe, un líder, alguien que enriquecía su comunidad.
- Lo enterraron en fosa común.
Lo enterraron en la Ciudad de David, pero no en el cementerio de los reyes. (2 Cró. 21:20 NTV)
A algunas personas los entierran con honores, como a los reyes, por haber sido de bendición a este mundo; porque han cambiado vidas, escuelas, lugares de trabajo, iglesias, etc.
Yoram tenía treinta y dos años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén ocho años. Nadie sintió pena cuando murió. Lo enterraron en la Ciudad de David, pero no en el cementerio de los reyes. (2 Cró. 21:20 NTV)
Señor, ayúdame a vivir en perfecta armonía con tu plan original y propósito para mí, de tal manera que mi vida no sea desperdiciada, sino que sea de bendición para mucha gente.
Piénsalo:
¿Crees que cuando ya no estés se te recordará o se te extrañará?
¿De qué manera estás tratando de ser de bendición para otros y de enriquecer tu comunidad?
¿De qué manera Dios ha cambiado tu vida? ¿Qué podrías hacer para ayudar a que Dios cambie la vida de otros?