¿QUIERES RODEAR O QUIERES PELEAR?
¿Queremos rodear por cuarenta años o estamos dispuestos a pelear y esforzarnos por lograr el propósito de Dios en cada aspecto de nuestra vida?
Hay un camino al éxito más corto, pero no todos están dispuestos a pagar el precio. En el camino cerca hay críticas, desvelos, y traiciones, pero en el camino más largo se desarrolla el ímpetu y la madurez espiritual para permanecer fieles al Señor.
Cuando empezábamos a construir el templo de Águilas Centro Familiar Cristiano, hubo bancos que no creyeron en mí, hablé con compañías constructoras que amablemente sólo me desearon buena suerte, y conocí personas que dejaron la iglesia porque menospreciaban mi poca experiencia como líder. Ellos no creían que podíamos pelear las batallas de una visión tan grande.
Dios es un Dios de procesos. Él ya nos había llevado paso a paso desde una pequeña bodega, hasta rentar un edificio junto con otra iglesia, y luego a rentar un edificio por nosotros mismos. Era tiempo ahora de construir.
Dios hizo rodear a su pueblo Israel para que cambiara su mentalidad de esclavos que se había formado en ellos por más de cuatrocientos años.
Cada milagro en el desierto y cada enemigo vencido daría identidad y formaría la fe de los israelitas. Así que, cada pequeña victoria que Dios te permite experimentar es algo que va formando tu identidad, transformando tu liderazgo, y renovando tu mentalidad.
No rodees, enfrenta cada batalla con la gracia de Dios, ya sea en el trabajo, la familia o en la universidad y sácales provecho para llegar a tu tierra prometida.
Piénsalo:
¿En qué área de tu vida has estado rodeando?
Durante tu proceso hacia tu tierra prometida, ¿Cuáles partes de tu mentalidad necesitan ser renovadas?