El bien y el mal son parte de la vida – Parte 2

EL BIEN Y EL MAL SON PARTE DE LA VIDA
Parte 2

SEÑOR, ¡oye mi oración! ¡Escucha mi ruego! No te alejes de míen el tiempo de mi angustia. Inclínate para escuchar y no tardes en responderme cuando te llamo. (Salmos 102:1-2 NTV)

Lo malo no es quejarnos cuando nos sentimos abrumados, sino que lo malo sería quedarnos ahí.
Otra vez observo que el salmista comienza desahogándose con Dios, hablando de cómo se siente; pero, en algún momento comienza a reflexionar y a hablar la respuesta.
Comienza a animarse al reflexionar en la grandeza de Dios, en los hechos del pasado cuando ha visto la mano de Dios moverse y en la confianza de que Dios contestará su oración una vez más.
Está tan seguro de que Dios responderá, que hasta dice que tiene que quedar escrito para que lo sepan las próximas generaciones.

Que esto quede registrado para las generaciones futuras,para que un pueblo aún no nacido alabe al SEÑOR. (Salmos 102:18NTV)

1. El bien y el mal serán siempre parte de la vida.
2. Está bien venir a desahogarse delante de Dios.
3. Al final, después de desahogarse, hay que orar confiando en que Dios responderá.

SEÑOR, ¡oye mi oración!¡Escucha mi ruego!No te alejes de míen el tiempo de mi angustia.Inclínate para escuchary no tardes en responderme cuando te llamo. (Salmos 102:1-2 NTV)

Piénsalo:
¿Con quién te desahogas cuando te sientes agobiado?
¿De qué manera te ayuda en esos momentos de angustia el recordar lo que Dios ha hecho en tu vida en el pasado?
¿Por qué crees que es importante la oración en esos momentos de angustia?