No hay necesidad de mentir

NO HAY NECESIDAD DE MENTIR

Entonces Pedro le dijo: «Ananías, ¿por qué has permitido que Satanás llenara tu corazón? Le mentiste al Espíritu Santo y te quedaste con una parte del dinero. Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. Hechos 5:3-4 NTV

Dios nos ha dado una voluntad propia, no nos obliga a dar ni a servir, sino que Él desea que cada uno de nosotros demos nuestro tiempo, servicio y esfuerzo voluntariamente. Es por eso que, desde el principio de la creación, Él nos dio la libertad de tomar nuestras propias decisiones a fin de que nosotrosbescogiéramos amarle por voluntad propia, y no por obligación. Así que, todo lo que hagamos debemos hacerlo con todo el corazón.

En la vida tendremos muchas opciones de las cuales escoger, y a veces vamos a tener que decidirnos entre dos opciones, las cuales ambas pueden ser correctas, sin embargo,no debemos de mentir. ¿A qué me refiero? A que no escojamos ser alguien que no somos, ni aparentemos hacer algo que en realidad no hicimos de todo corazón, porque eso sería mentirnos a nosotros mismos y mentirle al Señor.

No hay necesidad de mentir y hacer lo que hacemos por quedar bien con alguien o por querer aparentar de cierta forma ante los demás. Seamos honestos con nosotros mismos, las personas que nos rodean y sobre todo con Dios, porque al fin y al cabo a quien le mentimos cuando no somos íntegros con nuestras acciones, es al Padre Celestial.

Cada día de nuestras vidas tenemos que tomar todo tipo de decisiones. Algunas nos beneficiarán, otras nos perjudicarán, algunas serán tomadas entre lo que queremos hacer y otras entre lo que debemos hacer. Por lo tanto, debemos tomar decisiones honestas que nos van a alinear al propósito de Dios para nuestras vidas.

Reteniéndola, ¿no se te quedaba a tí? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. Hechos 5:4 NTV

Piénsalo:

¿Qué has hecho con tu libre albedrío? ¿Has decidido ser honesto?
¿Estás haciendo lo que haces en tu empleo, tu iglesia y tu vida de todo corazón?